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Peste

Prevención y control

En áreas sin circulación de esta enfermedad, como es la situación de Chile, las estrategias de prevención y control ambiental deben estar dirigidas a la educación de viajeros en materia de prevención de la infección en áreas endémicas. Por otro lado, se deben establecer barreras sanitarias que impidan el ingreso, diseminación y proliferación de reservorios y vectores desde áreas endémicas, principalmente en puntos de entrada y zonas limítrofes.

La Unidad de Epidemiología de la SEREMI de Salud será responsable de la investigación de los casos y coordinará las acciones de control en conjunto con otras áreas de la SEREMI o intersector según corresponda (Zoonosis, Promoción, Salud Ocupacional, SAG), de tal forma de evaluar el riesgo e identificar a otros posibles expuestos.

Las personas que se consideren como expuestas deben recibir profilaxis post exposición (PPE) preventiva, si la exposición se hubiese dado entre los 6 a 7 días previos. La administración de un antibiótico previo a una exposición de riesgo también podría ser indicada cuando las personas deben presentarse por cortos periodos de tiempo en áreas con peste activa bajo circunstancias donde la exposición es difícil o imposible de prevenir.

Se considera como expuestas a las personas que:

  • Hayan estado en contacto cercano con personas diagnosticadas con peste.
  • Hayan estado expuestas a pulgas infectadas con Y. pestis.
  • Hayan tenido contacto directo con fluidos corporales o tejidos de algún mamífero infectado.
  • Hayan estado expuestas durante un accidente de laboratorio a Y. pestis.

 

En los países donde este agente puede generar brotes, la primera consideración es el ataque directo en los focos de infección reportados. Esto involucra el diagnóstico y reconocimiento de la enfermedad, aislamiento de casos y contactos inmediatos e intervenciones ambientales. Para ello se recomienda:

  • Identificar la fuente de infección e interrumpir el ciclo de transmisión.
  • Eliminación del vector (pulgas) mediante el uso de insecticidas de alta y rápida efectividad, alta residualidad y baja toxicidad para personas, animales y ambiente.
  • Control sistemático de roedores u otros animales de importancia epidemiológica posterior o en paralelo al control vectorial, además de refuerzo de hábitos y conductas en la población que minimicen el riesgo de infestación murina.
  • Uso de elementos de protección personal contra vectores y roedores, particularmente cuando se trabaja en labores con potencial contacto con ellos.
  • Reforzar las medidas de saneamiento básico y ordenamiento ambiental para evitar contacto de roedores con humanos, así como también el uso de repelentes en base a DEET en personas, y ectoparasitarios en animales (mascotas).
  • Disposición de alimentos en envases a prueba de roedores.
  • Educación de la población y realizar actividades de promoción de la salud respecto a controlar los factores de riesgo para la presentación de casos.

 
Referencias
1.- Mandell, Douglas, and Bennett’s principles and practice of infectious diseases / [edited by] Gerald L. Mandell, John E. Bennett, Raphael Dolin.—7th ed.
2.- Organización Panamericana de la Salud. Zoonosis y enfermedades transmisibles comunes al hombre y a los animales: bacteriosis y micosis. 3º ed. Washington, D.C.: OPS, 2001. 3º vol. (Publicación científica y técnica Nº 580).
3.- Centers for Disease Control and Prevention. Plague. Disponible en: http://www.cdc.gov/plague/index.html [Consultado el 20 de abril de 2022]

Actualizado el 20 de abril de 2022.