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Parotiditis

Situación epidemiológica

Situación epidemiológica general
La inflamación de la glándula parotídea, ahora conocida como paperas o parotiditis infecciosa, es descrita desde la antigüedad, diferenciándola de otros procesos inflamatorios de ubicación anatómica similar, pero de peor pronóstico (escrófulas cervicales). En el siglo XVIII, ya se planteaba la transmisibilidad de la enfermedad y su carácter epidémico, pero no fue hasta 1934 que se logra comprobar el origen viral y los mecanismos de trasmisión. No obstante esta línea de tiempo, se describen “epidemias” de parotiditis desde mucho antes de que se lograra reconocer científicamente la etiología de la enfermedad (México 1550; Boston 1699, Costa Rica 1895).

La parotiditis infecciosa es una enfermedad inmunoprevenible que se encuentra ampliamente distribuida en el mundo, cuya frecuencia y distribución en la población se ha visto modificada por la progresiva introducción de la vacuna desde la década de los sesenta. Para el año 2015, 121 países habían introducido la vacuna a sus programas de inmunización a nivel nacional (Ilustración 1).


Ilustración 1: Países que han introducido vacuna contra la parotiditis (verde) en sus programas nacionales de inmunizaciones al 2015. Fuente: OMS, Immunization, vaccines and biologicals: Mumps. Accesible en:http://www.who.int/immunization/monitoring_surveillance/burden/vpd/
surveillance_type/passive/mumps/en/

Previo al uso masivo de la vacuna, la parotiditis infecciosa era una de las patologías más frecuentes que afectaba a la población infantil y adolescente, con tasas de incidencia, obtenidas mediante vigilancia pasiva, superiores a los 100 casos por cien mil habitantes, pero potencialmente hasta 10 veces mayores considerando la subnotificación. La enfermedad tenía ciclos epidémicos cada 2 a 5 años y en países templados se producía un alza estacional en los meses de invierno. El número reproductivo básico estimado era de 4,4 (rango 3,3 a 10,3). La enfermedad solía presentarse precozmente en la vida, muy asociado con los procesos de urbanización. Previo a la introducción de la vacuna el grupo más afectado solía ser el de 5 y 9 años, y de acuerdo a estudios de seroprevalencia, a los 15 años el 90% de la población ya tendría anticuerpos contra el virus, aunque con variaciones entre países.

En la era prevacuna, las incidencias más altas determinaban que las complicaciones de la enfermedad fueran más relevantes. Es así como durante la primera guerra mundial, parotiditis y sus complicaciones, fue la tercera causa de hospitalización en población combatiente, después de influenza y gonorrea. El virus de la parotiditis determinaba, además, el 10% de las meningitis asépticas y el 35% de las encefalitis en Estados Unidos, siendo la primera causa en ese país y la segunda en China después de los enterovirus.

Con la introducción de la vacuna, la incidencia de la enfermedad cayó entre un 85% y 95% con una sola dosis y cerca de un 99% al usar esquemas de dos dosis. También se ha reportado reducción en la frecuencia de las complicaciones de la enfermedad. En general, la enfermedad y sus complicaciones reducen su importancia relativa frente a otros problemas de salud. Con la baja de la incidencia, por otro lado, se pierde la estacionalidad de la enfermedad, pero se mantiene la distribución por grupo etario.

Durante los últimos 15 años, se ha observado la aparición de brotes epidémicos en población adulta joven, con una alta proporción de vacunados, incluso con esquema de dos dosis. Estos brotes epidémicos han sido documentados en Reino Unido (2004-2005), Estados Unidos (2006), Bélgica (2012-2013) y Republica Checa (2005-2006). Se especula que entre los factores determinantes de la aparición del cambio en las edades de presentación y el aumento abrupto de casos, estaría la caída de la inmunidad adquirida que produce la vacuna, como consecuencia de la baja circulación de la enfermedad y la pérdida del refuerzo que el contacto con el virus produciría en los vacunados. La asistencia a ambientes universitarios o instituciones militares ha sido planteada como factor desencadenante de los brotes en estos grupos.

Situación epidemiológica en Chile
La situación de la parotiditis en Chile no difiere sustancialmente a lo observado en el resto del mundo, siendo posible establecer claramente situaciones pre y pos introducción de la vacuna. De acuerdo a los registros históricos las tasas de parotiditis entre 1951 y 1990 variaron entre 9,9 y 227,7 casos por cien mil habitantes. Desde 1951 a 1980, se observó un aumento progresivo de las notificaciones de parotiditis, probablemente asociadas a un aumento del acceso a atención de salud, un aumento en la declaración de las enfermedades obligatorias y a cambios sociodemográficos (urbanización, migración de poblaciones, reducción de la mortalidad infantil).

Gráfico 1: Tasa de notificación de casos de parotiditis infecciosa. Chile, 1957-2016

Fuente: Anuarios estadísticos de enfermedad obligatoria y Base de datos ENO, Departamento de Epidemiología, DIPLAS-Ministerio de Salud de Chile.

A partir de 1981 y hasta 1992, las tasas se mantienen sobre los 100 casos por cien mil habitantes, alcanzando un máximo de 227 casos por cien mil habitantes en 1985. En toda la etapa pre-vacuna, es posible observar ciclos en las tasas de notificación con picos cada 3 o 4 años. A partir de 1993, la tasa cae a 57 casos por cien mil habitantes y continua bajando hasta un mínimo de 4,72 casos por cien mil habitantes el 2013. Desde el año 2004, por su parte, las tasas han sido menores a 10 casos por cien mil habitantes, lo cual es consistente con los niveles de circulación viral observados en diferentes países que tienen incorporada la vacuna contra parotiditis, en una o dos dosis, en sus programas nacionales de inmunizaciones.

En cuanto a la distribución de los casos por grupo etario, históricamente se conoce la enfermedad como de alta incidencia en la infancia, que al dejar inmunidad permanente, no generaba grandes volúmenes de casos en población adulta. Es así como, para el año 2000, el principal grupo etario afectado, fue el de niños entre 5 y 9 años con el 40% de los casos y solo el 10% tenía 20 años o más. En los últimos 16 años, esta distribución ha ido cambiando progresivamente, aumentando la proporción de infección por el virus de la parotiditis en adultos. En el año 2016, por ejemplo, los menores de 20 años correspondieron al 63% de los casos y los menores de 10 años, al 47%. Por su parte, en término del número de casos, los mayores de 20 años han aumentado al doble, en relación a lo observado el año 2000.

Gráfico 2: Distribución por grupo de edad de los casos de parotiditis notificados. Chile, periodos 1999 a 2002 y 2007 a 2016.

Entre el 2005 y el 2014, se han registrado 11 casos de parotiditis con resultado de muerte. Desde la introducción de la vacuna, el número de fallecidos por parotiditis no ha superado los dos casos anuales, siendo cero la mayoría de los años. Previamente, anualmente morían hasta 7 personas como consecuencia de la infección por parotiditis.

 
Referencias
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Actualizado el 10 de abril de 2018.