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Hidatidosis (equinococosis quística)

La hidatidosis o equinococosis humana es una enfermedad zoonótica (enfermedad transmitida al ser humano por los animales) provocada por parásitos, del género Echinococcus. Esta enfermedad se puede presentar en cuatro formas:

  • Equinococosis quística, también conocida como hidatidosis, provocada por la infección por Echinococcus granulosus;
  • Equinococosis alveolar, provocada por la infección por E. multilocularis;
  • Equinococosis poliquística, provocada por la infección por E. vogeli;
  • Equinococosis uniquística, provocada por la infección por E. oligarthrus.

 

En este sentido es importante tener presente que las dos formas más importantes, que tienen trascendencia médica y de salud pública para el ser humano, son la equinococosis quística y la equinococosis alveolar.

En relación a la infección humana por Echinococcus granulosus conduce al desarrollo de uno o más quistes hidatídicos localizados con mayor frecuencia en el hígado y los pulmones, y con menor frecuencia en los huesos, riñones, bazo, músculos, sistema nervioso central y ojos, según se describe.

La Equinococosis quística o hidatidosis, tiene un período de incubación que está descrito como asintomático y que puede durar varios años hasta que los quistes hidatídicos crecen al llegar a un punto que desencadenan signos clínicos. Con frecuencia se puede observar dolor abdominal, náuseas y vómitos cuando la enfermedad se localiza en el hígado. Cuando la enfermedad afecta a los pulmones, los signos clínicos que aparecen son tos crónica, dolor torácico y disnea. En relación a otros signos dependen de la localización de los quistes hidatídicos y la presión que ejercen sobre los tejidos circundantes. Entre los signos no específicos figuran anorexia, pérdida de peso y debilidad.

Por otra parte la equinococosis alveolar se caracteriza por un período de incubación asintomático de 5 a 15 años y el lento desarrollo de una lesión primaria de carácter tumoral que más frecuentemente se encuentra en el hígado. Los signos clínicos se caracterizan por una pérdida de peso, dolor abdominal, malestar general y signos de insuficiencia hepática.

La enfermedad se puede propagar tanto a los órganos adyacentes al hígado, por ejemplo, el bazo, como a lugares distantes como serían los pulmones o el cerebro, mediante la diseminación del parásito a través de la sangre y el sistema linfático. Si no se trata, la equinococosis alveolar es progresiva y puede ser mortal.

Es por todo esto anteriormente mencionado que la vigilancia epidemiológica de la enfermedad se hace primordial, que permita prevenirla, evitar su propagación e impacto en la salud de la población.
 
Referencias
1.- https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/echinococcosis

Actualizado el 24 de junio de 2022.