Menú Principal

Cisticercosis

Agente etiológico

La infección se produce por el agente T. solium, la tenia del cerdo, la cual causa infección intestinal en su forma adulta e infección extraintestinal en su forma larvaria (cisticercos), por lo que cisticercosis se refiere específicamente a la infección producida por las larvas de este agente.

La transmisión al ser humano ocurre cuando se ingiere carne de cerdo infestada con quistes larvarios, que se consume cruda o poco cocida. Cuando un ser humano ingiere los huevos o proglótides de la tenia del cerdo, estos eclosionan en el intestino delgado y las larvas emigran a los tejidos subcutáneos, vasos linfáticos y sanguíneos, músculos estriados y otros tejidos y órganos vitales, donde se forman cisticercos.

La transmisión de T. solium también puede ocurrir por transferencia directa de los huevos excretados en las heces de una persona que alberga el verme adulto a su propia boca (autoinfección) o a la de otra persona o, en forma indirecta, por la ingestión de agua o alimentos contaminados con los huevos. Los huevos se convierten en tenias adultas en el trascurso de 2 meses y producen proglótides que maduran, se desprenden y migran al ano, y luego se eliminan a través de las heces. Una tenia adulta produce en promedio 1.000 proglótides y cada uno de estos puede producir 50.000 huevos. Los huevos se diseminan al ambiente mientras el gusano permanezca en el intestino, lo que puede ser hasta por 30 años, y pueden mantenerse viables en el ambiente durante meses.
Los seres humanos son los huéspedes definitivos de T. solium, mientras que el ganado porcino constituye el huésped intermediario. Los huevos de tenia que los portadores humanos excretan con las heces pueden infestar a los cerdos.

Los síntomas de la cisticercosis pueden manifestarse desde varias semanas hasta 10 años o más después de la infección. Los huevos aparecen en las heces de 8 a 12 semanas después de la infección por T. solium adulta. Las manifestaciones que llevan con más frecuencia a su diagnóstico son las que causan los quistes en el sistema nervioso central (SNC), afección llamada neurocisticercosis, la cual causa síntomas como cefaleas intensas, ceguera, convulsiones y ataques epilépticos y, en algunos casos, puede ser mortal. Con menos frecuencia, los cisticercos pueden localizarse en los ojos, la piel o el corazón.

Las manifestaciones clínicas de la cisticercosis dependen del número de cisticercos, la localización y su estado. El número de cisticercos en el hospedador puede oscilar de uno a más de 1.000. Si no hay una presencia masiva de cisticercos, la reacción inicial del tejido del hospedador suele ser mínima. Los cisticercos en desarrollo afectan el tejido circundante como una masa de lento crecimiento que puede causar atrofia por presión. La mayoría de los quistes vivos no causan una reacción inflamatoria, pero cuando se degeneran, provocan una reacción aguda, liberando antígenos parasitarios, algo que puede ocurrir incluso años después de la infección inicial. La epilepsia es la manifestación más común, estando presente en 70 a 90% de los pacientes sintomáticos.

 
Referencias
1.- Heymann, D. El control de las enfermedades transmisibles. Decimonovena edición. Washington: Organización Panamericana de la Salud, 2008.
2.- Centers for Disease Control and Prevention. CDC – Taeniasis. Disponible en: https://www.cdc.gov/parasites/taeniasis/es/hcp/index.html
3.- Organización Panamericana de la Salud. Teniasis/Cisticercosis por T. Solium. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/teniasiscisticercosis-por-taenia-solium
4.- Organización Mundial de la Salud. Teniasis y cisticercosis. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/taeniasis-cysticercosis
5.- Organización Panamericana de la Salud. Enfermedades desatendidas tropicales transmitidas por vectores. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/enfermedades-desatendidas-tropicales-transmitidas-por-vectores

 

Actualizado el 13 de abril de 2022.